El dolor en el hombro derecho se hace inaguantable y todavía no llevamos dos horas de travesía. Hay un momento de reflexión "lo que estoy viviendo es histórico e impresionante y tengo que disfrutar cada momento". Estar en la inmensidad del Mar - océano es estemecedor.
A partir de ahí empiezo a estirar y a deslizar la brazada considerablemente. Aumento mínimamente la amplitud de patada y me empiezo a encontrar cada vez mejor para enfrentarme a un reto que llega a su ecuador.
Un momento para reponer fuerzas y recibir ánimos de la expedición. Me confirman que tras unos momentos de altibajos en el rendimiento debido a la variación de las corrientes y las olas, llevo un tiempo en constante progresión y ahora vamos realmente rápidos.
Vamos como un torpedo, cruzándonos con los enormes buques que diariamente cruzan por este estrecho que divide dos continentes como son Europa y África.
No hay comentarios:
Publicar un comentario