Después de unas cuantas horas sufriendo luchando contra el viento nos acercamos a Tánger. Me empiezo a sentir bastante cansado, con dolor de piernas.
Como se agradecen los habituallamientos en estas constantes subidas con el calorcito que hace. Yo sólo pensaba en cómo nos lo hubiésemos apañado si lo hubiésemos hecho con la idea original, dos bicicletas con todo lo necesario encima. ¡¡Qué poco aventurero soy jejeje!!
Paradita del grupo de apoyo para comprar souvenirs marroquís: sombreros de paja decorados con lana. Muy originales y prácticos con el "Lorenzo" que pega.
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