¡¡¡Ya estamos en MARRU!!! Con muchas ganas de pedalear aunque con el brazo un poco maltrecho del esfuerzo del agua, salimos a toda castaña, dirección norte hacia Tánger.
Las primeras poblaciones que atravesamos son muy turísticas y superlimpias (quizás motivadas por la presencia de la familia real marroquí que estaba pasando unos días de vacaciones en la zona)
Tras un buen tiempo pedaleando se levanta un viento recio lateral que no me deja dominar la bici, haciéndome ir de lado a lado del carril y peligrando mi integridad decidimos hacer un cambio de montura. La aerodinámica del cuadro de la bicicleta de contrarreloj y sobretodo el gran perfil de las ruedas, hacen de vela. Cambiamos la "cabra por la burra". Vamos a ir mucho más lentos, con más desgaste físico, pero mucho más seguros. Aquí las rotondas no existen (aunque hay una cada 400 metros pero las pasan rectas, se empiezan por el carril de la izquierda y se acaba en el de la derecha ... no lo intentes aquí jejeje)
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