Reanudamos la marcha y tras unos 30 kms. de constantes repechos la carretera se allana y empiezo a coger un buen ritmo, cuando el sol está en su apogeo. Aunque hace calor, el viento ha cesado y se agradece muchísimo no tener que estar peleando con otro elemento más.
Por lo visto no soy el único burro que está por "la calle" a estas horas del día con el calor abrasador que pega. 
Llevo más de 200 kms. en la espalda hoy y hacemos una paradita al borde del camino a la salida de un pequeño pueblo, para hacer estiramientos y comer algo sólido (un bocata de chopped de pavo que sabe a gloria)
De repente empiezan a venir un montón de niños de todos lados y un hombre mayor les grita y les aleja de nosotros. Este es el grupito que no se dejó intimidar por el viejete y la mayoría miraban la bici como si fuese un artilugio de otro planeta. Todos la querían tocar y estaban contentísimos de posar para la foto.
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