El domingo pasado cuando toda España estaba preparando las palomitas, los refrescos y demás enseres para ponerse delante del televisor, casi un centenar de nadadores nos disponíamos a realizar la travesía de 1.800 de la Colonia de Sant Pere.
La cosa no empezó muy bien ya que nada más dar la salida nos desviamos hacia la izquierda y yo me fuí directo a unas rocas que sobresalían un poco y me torcí por completo el dedo. Se me fue el grupo de cabeza al pararme y ver que no tenía nada roto aparentemente y seguí nadando.
Al acabar la travesía no podía ni mover el dedo. Me puse hielo durante más de media hora. Estas fotos son del miércoles en Bilbao y aunque no se aprecia demasiado, está todo el dedo con hematomas. Hoy me he pegado un viaje que como siga así tendré que pasar por el hospital. Qué trasto, si es que no paro jeje.
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