Ya se sabe que cuando un vehículo se utiliza hay que hacerle revisiones constantes y cuanto más trote se le da pues hay que mirarlo más a fondo y eso es lo que he tenido que hacer con este cuerpecito que Dios me ha dado. Mi agradecimiento a los Dres. Teo Cabanes, Bartolomé Marí y Rafael Suau que en el Servei de medicina de l'esport del Consell Insular me han hecho una prueba de esfuerzo, una analítica de sangre a fondo y guiado sobre como afrontar el reto con múltiples consejos tras una dilatada experiencia en el mundo del deporte de élite.
En un principio se extrañaban de ver un electrocardiograma tan ... mmm ... tan ... ... Normal, era la palabra que empleaban; y esa es la verdad: ¡¡tengo un corazón normal!!. No tengo un corazón de un gran superdeportista, soy un extra diésel, cosa que para este reto viene bastante bien y en el sentido humano pues también tengo un corazón ... normal, lo cual quiere decir que no está endurecido y cuando oigo noticias como la de hoy en el que ha llegado muerto un joven de 16 años en una patera, con su hermano mayor y otras 73 personas más, pues se me encoge ese corazón. Quizás sea por eso que no lo tengo más grande. Si a tí también se te encoge cuando te enteras de este tipo de noticias, enhorabuena, tienes un corazón normal, de carne que palpita, no de piedra, indiferente.
P.D. Creo que he encontrado la forma de hacer crecer este corazón y es ejercitándolo. En cuanto uno se pone en marcha para echar una mano al necesitado, movemos el corazón, se va a hacer más grande, y todo el cuerpo se va a sentir mejor. Haz la prueba y me cuentas.
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